2007-11-07 | Activismo
Durante los días 2 y 3 de noviembre último, se realizó en la ciudad de Buenos Aires el Seminario Internacional de Diversidad Sexual «Derechos y Revolución», organizado por la revista «Cuadernos Marxistas» y el Partido Comunista. El encuentro contó también con el apoyo del Área Queer, la FALGBT, la Liga Argentina por los Derechos del Hombre (LADH) y el Partido Socialista.
Conscientes de que la diversidad sexual ha abierto el debate en el seno de la política y de la sociedad y de que sus reivindicaciones no hallan eco entre las filas de la partidocracia regional, la izquierda intenta transformarse en la cuña que inserte la discusión en los ámbitos legislativos. A tal efecto, el seminario contó con la presencia de Beatriz Gimeno, de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Bisexuales y Trans de España, Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), y otros militantes de países vecinos como Mauricio Coutiño, de la Federación Uruguaya de diversidad Sexual (FUDIS) y Juan Pablo Sutherland, del Movilh de Chile. Por la Argentina participaron, entre otros, María Rachid, presidenta de la FALGBT, Flavio Rapisardi, del Área Queer, Carlos Álvarez, de la asociación África y su Diáspora, José Ernesto Schulman, de la LADH, Esteban Paulón, de VOX y Crhistian Alarcón, periodista de Página 12. También es de destacar la participación de la Sra. Clori Yelicic en representación del Partido Socialista y de las dirigentes trans Lohana Berkins y Diana Sacayán.
LA APERTURA
El día 2 dde noviembre se procedió a la apertura del seminario con breves palabras a cargo de Flavio Rapisardi, quien destacó la importancia de que esta iniciativa surgiera desde el PC, ya que «todos o casi todos los que trabajamos por la reivindicación de los erechos de la comunidad LGBT somos de izquierda». A continuación, la emblemática e incansable dirigente Fanny Edelman, feminista y comunista, instó a los presentes a «aprovechar este encuentro para trabajar y discutir el futuro de esta lucha que es beneficiosa para toda la comunidad» puesto que «no hay derechos humanos si no hay respeto por la dignidad de todos los integrantes de la sociedad».
Beatriz Gimeno, por su parte, recalcó la necesidad de instaurar en la cultura el respeto por la diversidad. «La verdad es que venimos de la muerte y la desesperación. Las personas lesbianas, gays y transexuales hemos sufrido demasiado en siglos y siglos de historia y ese penar y ese sufrimiento no ha sido reconocido una vez que empezara la transición en España, ni ahora que estamos con la Ley de Memoria Histórica. Esas son vidas olvidadas. Estamos aquí hoy y las cosas han cambiado muchísimo. Parece otro mundo. Hemos llegado, sin dudas, para quedarnos. Siempre que un movimiento social adquiere conciencia de sí, tiene conciencia de su situación e intenta mejorarla, la historia nos demuestra que logra mejorarla. Pero también es cierto que el progreso no es lineal, hay retrocesos y por lo tanto para que nuestros logros sean irreversibles tenemos que anclarlos en la izquierda, en la cultura, para que la homofobia sea en el futuro algo impensable. Tenemos que lograr que en el futuro la gente no entienda cómo fue posible que se nos hiciera sufrir tanto, que se nos discriminara de esa manera y que, desde luego, sea considerado inhumano. Tenemos que ser concientes de que, mientras una sola persona en el mundo siga sufriendo discriminación por causa de su orientación sexual o su identidad de género, ninguno de nosotros podrá estar seguro».
El cierre de esta primera jornada estuvo a cargo de la cubana Mariela Castro, quien hizo una breve reseña del trabajo que se está haciendo en su país en relación a la diversidad sexual y terminó su alocución en los siguientes términos: «En toda revolución hay diferentes maneras de iniciar el cambio. Hay muchas maneras de luchar contra la desigualdad y casi siempre están escritas algunas ideas y otras quedan por escribir. En base a ello, teniendo en cuenta el pasado de nuestra revolución, hay quienes dicen `cómo se puede hablar de socialismo, cómo se puede hablar de revolución, cómo podemos hablar de un mundo mejor si no tenemos en cuenta todas las realidades del ser humano`. Nuestra Cuba y nuestra revolución de alguna manera han estado inmersas en el contexto mundial de una cultura que nos es común. Nuestros compatriotas de la década del `70, frente al trabajo que desarrollamos las mujeres en cuanto a temas tales como el aborto, el divorcio, la violencia familiar, fueron tan machistas... pero aun así no pudieron dejar de reconocer la importancia de la participación de las mujeres en la cosa pública. En el mismo sentido es que se ha empezado a trabajar con el tema de los homosexuales desde el Programa Nacional de Educación Sexual. Y vamos discutiendo y aprendiendo, nutriéndonos de los que hacen los otros para adaptarlo a nuestra propia realidad. ¿Por qué desde los primeros años de la revolución no se consideraron los problemas de la diversidad sexual? Bueno, porque éramos parte del mundo, porque en el mundo de aquella época no se preguntaba por esas cosas. Es por eso que ahora estamos trabajando sobre este grave error, para que esos errores no se vuelvan a repetir. Lo importante es que haya llegado el momento en que estos temas salgan a la luz y que se hable de ellos. Que los partidos más avanzados y la gente del saber y la cultura hablen de ello. Así es como se van a lograr cosas muy importantes».
PANELES DE DISCUSIÓN
El sábado 3, en una larga jornada de trabajo que arrancó a las 10 de la mañana y cerró a las 20 hs, se desarrollaron los siguientes paneles previstos por los organizadores:
- La Diversidad Sexual desde una perspectiva de Izquierda.
- Feminismos y Diversidades Sexuales.
- Movimientos Sociales y de Diversidad Sexual y Genéricos.
- Medios, Cultura y Discriminación.
- Políticas Antidiscriminatorias en Argentina y América Latina.
A los ya citados, durante el desarrollo del seminario se agregó un sexto panel a pedido de un grupo de dirigentes trans para tratar el tema de la realidad travesti y transexual.
A lo largo de la jornada se dio lugar a un profundo debate acerca del presente y del futuro de las reivindicaciones LGBT, resaltando el papel preponderante que deben desempeñar las ideologías de izquierda para la consecusión de conquistas permanentes que engloben a todo el espectro de la diversidad.
EL RECLAMO TRANS
El mismo giró casi exclusivamente alrededor del texto del Proyecto de Ley de Identidad de Género presentado por el Socialismo ante el Congreso de la Nación con el visto bueno de la FALGBT. También se hizo hincapié en la (involuntaria pero innegable) falta de respeto hacia la identificación genérica de las personas trans. Algunos de los disertantes habían utilizado, durante sus intervenciones, un discurso ambiguo y poco claro, confundiendo lo masculino y lo femenino como muestra de una débil conciencia de la sustancia misma del tema que se estaba tratando. Fieles a sus ideologías y a sus temperamentos, las y los dirigentes trans no dudaron en hacer oir sus reclamos.
El conocido militante Mauro Cabral manifestó su hartazgo por la falta de convocatoria de las personas trans para la elaboración de proyectos legislativos que los involucran. En uno de los pasajes más fuertes de su breve pero encendida intervención, declaró que «queda claro que para todos y todas seguimos siendo sujetos de una humanidad menor».
En concordancia con su compañero, Diana Sacayán, coordinadora del Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL), resaltó los esfuerzos de la población trans por sobrevivir en el seno de una comunidad LGBT que no atiende a las necesidad de las travestis como sería de esperar. «Estamos cansadas del discurso que nos sigue negando la identidad» dijo. Mientras hay quienes afirman la «novedad» de que hoy se luche por los derechos de las personas trans, agregó que «se dice que esto antes no se hacía... o sea que otra vez las travestis estábamos demasiado ocupadas prostituyéndonos sin hacer nada por reclamar lo que nos corresponde; sin embargo, nosotras fuimos las presas, las que sufrimos en carne propia los códigos contravencionales. Esto también es negarnos, porque fuimos parte de la lucha por el reconocimiento de nuestros derechos y porque lo seguimos siendo, a pesar de que desde el discurso hegemónico de la gaytud se siga invisibilizando todo el trabajo que hemos realizado».
Y como no podía ser de otro modo, también tomó la palabra la inefable Lohana Berkins, presienta de ALITT (Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual). Con su inconfundible estilo, directo y por momentos satírico, se explayó largamente sobre el tema convocante del improvisado panel. Según sus propias palabras: «Se dice de nosotras que somos putas, negras, viciosas, infectadas, drogonas, ladronas, escandalosas, xhibicionistas... Nosotras ya tenemos un prontuario social del cual tenemos que partir y no se nos considera capaces de hablar por nosotras mismas. Yo ignoraba cuál era el texto de la Ley (de Identidad de Género), después la leí y no puedo dudar de la buena voluntad de las personas que la redactaron pero también tengo el derecho de rechazar lo que no me conviene». Sin ánimos de ciscunscribir el tema al ámbito local, afirmó que «en el mundo entero las travestis, transexuales, transgénero y las personas intersex quedamos invisibilizadas por las agendas gay-lésbicas». Para aclarar dudas, puntualizó: «Antes se hablaba de orientación sexual y eso fue un aporte muy grande, pero desgraciadamente ese concepto no nos contemplaba: el problema medular que tenemos las travestis es el tema de la identidad de género». Finalmente, como pase de factura a los dirigentes progresistas, expresó: «Siempre hemos sido el deseo oculto de la derecha capitalista, ¿cuándo seremos el deso explícito de la izquierda revolucionaria? ¿Cuándo seremos un objeto de deseo por fuera del marco de la prostitución? Siempre se nos convoca para que demos testimonio de nuestras vidas tristes y miserables, pero no se nos ve como productoras de fuerza de trabajo».
Es claro que en el debate posterior a las exposiciones de las y los trans, cada quien tuvo derecho a réplica. Entre las más destacadas, María Rachid declaró airadamente su disconformidad con la idea de que las personas trans no hubieran sido consultadas en el momento de la redacción del proyecto de ley. «Me indigna que una organización como ATTTA, conocida por todos y todas y que tiene representación en 14 provincias, haya sido ignorada a lo largo de esta discusión» expuso. «No es cierto que las organizaciones trans no hayan sido consultadas».
Por su parte, Clori Yelicic se disculpó por los errores que pudiere haber cometido en virtud de su inexperiencia y resaltó la importancia de que todas estas cuestiones estén hoy sobre el tapete, así como también la necesidad de lograr un discurso único a fin de enfrentar a la derecha de manera contundente en las cámaras legislativas.
La falta de tiempo no permitió un mayor desarrollo de este debate sustancial para nuestra comunidad, comprometiéndose las partes a proseguirlo en otras instancias futuras.
Un informe de Víctor Ramírez, AG Magazine
redaccion@agmagazine.com.ar
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on segunda-feira, novembro 12, 2007
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